jueves, 27 de noviembre de 2008

Budapest 1.944: más allá del deber

Hace escasas semanas regresé de mi primera visita a Budapest (1), la perla del Danubio, donde había acudido por motivos familiares que detallaré más adelante. Conozco muy poco la Europa del Este y lo cierto es que cada vez que viajo por esos lares me llevo una grata sorpresa y vuelvo a casa con grandes recuerdos. Sentía una gran expectación antes del iniciar el viaje pues había oído maravillas de esta ciudad (al igual que de Viena y Praga, otras dos desconocidas que tengo apuntadas en mi agenda de futuribles) y lo cierto es que casi todas mis expectativas se vieron cumplidas. Mis primeras impresiones fueron las de estar en una ciudad bella, delicada a la par que majestuosa, vibrante y ensoñada, rasgada y dividida por un río ancho y potente, algo dejada, traicionera y decadente. Como veis, se trata de un complicado y contradictorio equilibrio, pero Budapest –y Hungría (2)- es eso y mucho más. Y es que hablamos de la cuna de la cultura magiar (3), nacida de la confrontación entre Oriente y Occidente, que vio nacer a un pueblo inteligente, algo hosco y desconfiado, culto y orgulloso… tal vez demasiadas veces conquistado, quizás en demasiadas ocasiones derrotado...

En todo caso, y ya situándonos en el presente, el evidente proceso de modernización que vive el país denota que han sabido aprovechar sabiamente los fondos de desarrollo provenientes de la Unión Europea, tal y como hizo España en el pasado y que tan buenos resultados nos dieron y siguen dando. Y digo esto a pesar de los problemas financieros por los que atraviesan en estos momentos de crisis financiera mundial y que han obligado al denostado Fondo Monetario Internacional a intervenir mediante una operación concertada de rescate (4).

Debo admitir que me chocó ver a tantos turistas españoles sobre todo teniendo en cuenta que las fechas no eran las más propicias (finales de octubre), pero ahí estaban, pasando frío y descubriendo esa joya bañada por el Danubio con un grandioso pasado y un enorme potencial de cara al futuro. Estoy seguro que todos ellos disfrutaron como yo del Museo de Bellas Artes (con su excelsa colección de pintura española, la segunda más importante del mundo tras nuestro Museo del Prado), del mítico y exquisito Restaurante Gundel (deliciosos guisos sazonados con la especia reina del país: la páprika (5)), de las cálidas aguas termales del Balneario Géllert o de la donosa y colorista Avenida Andrassy.

(1) Budapest:

http://es.wikipedia.org/wiki/Budapest

http://www.budapestinfo.hu/es

http://www.euskalnet.net/txotxe/Budapest.htm

(2) Hungría:

http://es.wikipedia.org/wiki/Hungr%C3%ADa

http://indexmundi.com/es/hungria/

(3) Cultura magiar:

http://www.embajada-hungria.org/spanyol/culturaedu/histcultural.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Magiares

(4) El FMI rescata a Hungría:

http://www.elpais.com/articulo/economia/FMI/sale/rescate/Hungria/Ucrania/elpepieco/20081028elpepieco_9/Tes

http://www.eurotopics.net/es/presseschau/archiv/aehnliche/archiv_article/ARTICLE38768-El-FMI-gobernara-Hungria

(5) La páprika en la cocina húngara:

http://www.budapeszt.infinity.waw.pl/es/qchnia/papryka.html

http://www.euskalnet.net/txotxe/gastronomia.htm

Pero mi viaje no era el de un turista habitual. Estaba allí -junto con otros miembros de mi familia- para rendir un sentido y merecido homenaje a mi abuelo, el diplomático español Ángel Sanz Briz (6), también conocido a un nivel más mediático y popular como el “el ángel de Budapest”. Su admirable historia es un ejemplo de heroicidad y bonhomía, de valor e ingenio, de cómo llegar a hacer lo moralmente correcto en medio del caos y la barbarie. Breve y objetivamente: el zaragozano Ángel Sanz Briz, diplomático de carrera, fue trasladado a la embajada española en Budapest en 1.943, en plena II Guerra Mundial, recién casado con la santanderina Adela Quijano. En los dos años que estuvo en Hungría convirtió la legación en un refugio para 5.200 judíos que así lograron salvar sus vidas al evitar ser apresados y deportados a Auschwitz por los invasores nazis. El método para conseguir tan noble fin: multiplicar de manera ficticia 200 salvoconductos que le habían sido concedidos para proteger a personas de origen sefardí (en tiempos de Alfonso XIII se publicó un decreto para ofrecer a los sefardíes la nacionalidad española (7)) y alquilar con su propio dinero hasta ocho casas –con comida y medicinas incluidas- izando en ellas la bandera española y un cartel que decía “Edificio anejo a la Legación de España”.

Obviamente, este comportamiento supuso grandes riesgos tanto a nivel personal como profesional para Ángel Sanz Briz pero el sentido humanitario primó sobre el relativismo, el apaciguamiento y la pasividad que desgraciadamente se dieron en algunos momentos de aquella época... rasgos que hoy perduran en muchas partes de nuestra débil y decadente sociedad occidental. Se la jugó, pero afortunadamente no le pescaron. Si no, sus días habrían acabado allí, como ocurrió con el desaparecido diplomático sueco Raoul Wallenberg (8) con quién mi abuelo mantuvo una estrecha colaboración.

A continuación -y como es habitual en mis entradas- incluyo algunos links sobre la figura de mi abuelo. El primero es un artículo de Fernando Díaz Villanueva cuyo inicio me encanta y apasiona: “Los héroes existen en todo tiempo y lugar, pero es en las guerras y allá donde se ceba la injusticia donde dan su verdadera talla. A veces hasta pasan desapercibidos y nadie sabe de su gesta durante años. Ángel Sanz Briz, un joven diplomático español destinado en la embajada de Budapest durante la guerra mundial, pertenece a esta última categoría de hombres de acero. Su nombre es desconocido y sólo unos pocos se han preocupado de recordar lo que hizo. Salvó la vida de más de 5.000 judíos jugándose el puesto, la carrera y, por descontado, la vida”. Yo creo que los valores -y los comportamientos que emananan de los mismos- son actitudes del querer del hombre, de la voluntad, iluminada por la inteligencia. Son creencias duraderas por las que el ser humano prefiere unas conductas y no otras. Muchas veces pueden ser enseñanzas recibidas en casa o en la escuela, más siempre son eternas y objetivas cualidades de orden especial que descansan en sí mismas y se justifican por su contenido. Os confieso una cosa: cuando no quiero dejarme llevar por el lado más oscuro, auto-destructivo y negativo de mi ser, por las tinieblas que habitan en mi alma y por mis múltiples defectos de carácter –es decir, cuando intento no olvidar mis/los valores-, acostumbro a pensar en la luminaria figura de mi abuelo y en su ejemplar comportamiento. Un motivo de orgullo para mi familia y un modelo a seguir para, creo, todos.

(6) Ángel Sanz Briz:

http://agosto.libertaddigital.com/articulo.php/1276232194

http://sefarad.rediris.es/textos/0sanzbriz.htm

http://www.raoulwallenberg.net/?es/salvadores/diplomat/11053.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngel_Sanz_Briz

(7) Sefardíes:

http://es.wikipedia.org/wiki/Sefard%C3%AD

http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_los_jud%C3%ADos_en_Espa%C3%B1a

http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/inquisicion/judioseinquisicion.htm

(8) Raoul Wallenberg:

http://es.wikipedia.org/wiki/Raoul_Wallenberg

http://www.raoulwallenberg.net/

Tengo otros dos nítidos recuerdos de este homenaje en Budapest. El primero hace referencia al estremecedor relato contado por un superviviente del Holocausto, uno de los muchos de la "lista de Sanz Briz", Jaime Vandor (9), de 75 años: su historia de huidas, miedo, vejaciones, frío, hambre, penurias, ejecuciones a familiares en plena calle, terror, violaciones y otras atrocidades me heló la sangre y creo que nos emocionó intensamente a todos los allí presentes.

(9) Jaime Vandor:

http://www.jaimevandor.com/

http://israel-hebreos.blogspot.com/2007/10/entrevista-jaime-vandor.html

Por otro lado, el toque alegre del homenaje, y con el que me gustaría cerrar esta entrada, lo puso una joven aunque excelente cantante húngara -Bea Palya (10)- que interpretó algunas canciones sefardíes -con reminiscencias cíngaras y orientales- plenas de júbilo y felicidad.

(10) Bea Palya:

http://www.cafebabel.com/ger/article/21881/bea-palya-me-siento-como-en-casa-en-todas-partes.html

http://www.youtube.com/watch?v=1QfV7GjqRUg

17 comentarios:

xxxxxxxx xxxxxx dijo...

es importante apelar a las mas puras trazas en momentos turbulentos. Felicidades por tus puras raíces y por este maravilloso artículo.

Un beso

Agustín Alcaraz Peragón dijo...

Es impresionante. Había oido hablar ligeramente de tu abuelo, pero no había fijado la relación familiar. ¡Qué orgullo llevar esos genes!

Mi admiración absoluta y mi homenaje a Angel Sanz-Briz y mi enhorabuena por tu artículo y tu gentileza al compartir con nosotros tu recuerdo y su memoria.

VIDorra dijo...

ojala hubiese en el mundo mas gente como tu abuelo.

Sölrac II dijo...

Querida Fran,

Gracias por tus amables palabras. Los valores, incluida la responsabilidad, significan un logro, no son un regalo. Es fácil eludir nuestras responsabilidades, pero es imposible eludir las consecuencias de haber eludido nuestras responsabilidades.

Cambiando de tercio: pensaba que te habías retirado -temporalmente- del mundo bloggero pero observo con agrado y asonmbro que has abierto otro blog (VIP) aunque al anterior (ADJETIVOS) has restringido el acceso (?!)... No entiendo nada, o tal vez no haya nada que entender. Ahora me dispongo a leer tu nueva joya y comprometo a hacer los comentarios pertinentes.

Un beso,
Carlos

Sölrac II dijo...

Querido Venti,

Los recuerdos personales que yo tengo sobre mi abuelo son escasos pues murió en 1.980, una época en la que yo también leía a los Cinco. Mi última evocación data de una visita familiar a Roma a finales de los años 70 (él falleció allí, estando destinado en la embajada española ante la Santa Sede): recuerdo de que era un hombre muy distinguido, humilde, algo serio pero a la vez afable y familiar. Tus generosos comentarios me traen muchos y buenos recuerdos sobre mi infancia.

Un fuerte abrazo,
Carlos

Sölrac II dijo...

Estimado VID,

Concuerdo contigo... y como decía Kant: "Obra de modo que tu acción pueda servir de norma a todos los hombres".

Por cierto, leo tus comentarios en el blog de Sol y me parecen muy atinados.

Un saludo,
Carlos

Beatriz dijo...

Carlos, ayer hacía yo una pequeña apreciación en el blog de Sol sobre la perdida de valores que en una época fueron básicos en nuestra sociedad.
La valentía y el coraje de tu abuelo nunca han sido comunes, pero al menos hubo un tiempo donde se apreciaban en su justa medida y donde si uno no llegaba a tan alto nivel, al menos soñaba con alcanzarlo.

Haces bien en recuperar la figura de tu abuelo, necesitamos referentes. Recuperemos viejas peliculas, viejos libros y viejas historia reales para mostrar a las nuevas generaciones el verdadero valor de ser hombres.

Sölrac II dijo...

Querida Beatriz,

He escrito algo sobre la preocupante pérdida de valores en nuestra sociedad occidental en alguna de mis entradas (sobre todo en la titulada “Multiculturalismo” del 3 de octubre de 2.008).

Estoy 100% de acuerdo contigo: recuperemos mitos, leyendas y valores de antaño, redoblemos nuestros esfuerzos mentales, morales y espirituales en pos de un mundo mejor (y de sewr mejores personas), tengamos fe y no perdamos nunca “el sueño” y la esperanza de nuestros corazones.

Un beso,
Carlos

GAL dijo...

Estimado Carlos,
Me alegro de que tu blog siga creciendo y mucho más para hacer referencia a tu abuelo.
Un abrazo,
CHEMA

Sölrac II dijo...

Querido Chema,
Gracias por tus palabras de apoyo. He estado ausente algunas semanas pero ya he vuelto con nuevas ideas y renovadas energías.
Un abrazo,
Carlos

Pakithor dijo...

Amigo Carlos,

Aunque Bea fuese la única en decirlo, no era la única que venía por aquí casi a diario esperando tu siguiente artículo. Ha valido la pena la espera.

El ejemplo de tu abuelo es sencillamente estremecedor. Ya lo han dicho más arriba pero lo recalco: ¡estos son los ejemplos que necesitamos en una sociedad como la nuestra absolutamente a la deriva en lo que a principios se refiere!.

Un abrazo.

Sölrac II dijo...

Estimado Paco,

Tus palabras me llenan de orgullo sano: es verdad que he estado un poco alejado del blog por una serie de motivos (la constancia tampoco es mi mayor virtud) pero leer tu comentario me da muchos animos para continuar esta aventura.

Con respecto a mi abuelo: llevaba tiempo dandole vueltas a una entrada sobre su figura pero no sabía como encajarla. El viaje a Budapest fue la excusa perfecta. Me alegro que te haya gustado e inspirado... y concuerdo en que esta sociedad necesita ejemplos parecidos para levantar otra vez el vuelo.

Un abrazo,
Carlos

Sölrac II dijo...

Estimada Sol,

Con una décima parte de su valentía me daba por satisfecho...

Muchas gracias (a tí Sol y a todos) por esperarme: vuestras palabras me emocionan sobremanera!

Un beso,
Carlos

Sölrac II dijo...

Sol: te contesto pr correo electrónico.
Slds,
C

Beatriz dijo...

carlos, gracias por tu comentario en el blog de sol sobre mi infit.
besos,

Sölrac II dijo...

De nada Beatriz, es lo mínimo que podía decir después de lo valiente que fuiste al publicar la foto (yo no me he atrevido aún).
Bss

Agustín Alcaraz Peragón dijo...

Acabo de leer en internet que Antena 3 va a emitir un programa sobre tu abuelo. Espero que esté bien, que con la tele nunca se sabe. Lo veré.

Saludos.